Por suerte, el cáncer es poco frecuente en niños y adolescentes, aunque la incidencia general de cáncer de la niñez aumentó de forma lenta desde 1975.[1] Los niños y adolescentes con cáncer se deben derivar a centros médicos, que cuenten con un equipo multidisciplinario de especialistas en cáncer con experiencia en el tratamiento de los cánceres que se presentan durante la niñez y la adolescencia. Este enfoque de un equipo multidisciplinario incorpora la pericia del médico de atención primaria, los subespecialistas en cirugía pediátrica, los radioncólogos y los hematólogos pediatras, los especialistas en rehabilitación, los especialistas en enfermería pediátrica, los trabajadores sociales y otros; con el fin de asegurar que los niños reciban el tratamiento, los cuidados médicos de apoyo terapéutico y la rehabilitación que logren una supervivencia y calidad de vida óptimas.
Tomado de: http://www.cancer.gov/